Una buena foto no es un objeto plano, de solo dos dimensiones.
Una
buena imagen, tiene muchas capas para observar y cada una de ellas nos
ofrece un nivel de detalle de la persona o del objeto fotografiado.
A
veces una foto casual, realizada por un impulso primario (como el
aburrimiento o la pasión) deviene en una descripción mucho mas precisa
del objeto/persona/paisaje fotografiado, que cualquier texto. Tan solo
hemos de saber "leerla" o tener la fortuna de descubrir esos pequeños
matices dentro de la imagen, que la hacen única.
Esto ocurre, sobre todo si la fotografía retrata a alguien (mas o
menos) conocido. En estos casos, a veces una foto puede sorprendernos y
descubrirnos "capas" de esa persona que no hubiéramos podido imaginar o
ver de ninguna otra manera.
¿Y que veo yo...?
Las arrugas del cuello. Marcas que la vida, cruel pero necesaria, ha ido dejando en tu piel.
El almohadón, cuidadosamente (no) desarreglado.
El
que no se vea tu boca, puede parecer que resta fuerza a la imagen, pero
yo creo que es mucho mas "liberador" intuir el gesto. Imaginarlo...
Las cejas muy bien perfiladas y otros detalles de coquetería que solo tu y yo sabemos.
Todo eso y muchas cosas mas me vinieron a la cabeza al ver tu foto.
Ya ves, nunca puedes saber, como ese impulso repentino, una bobada,
puede hacer volar la imaginación de los demás.
Como dije en twitter:
"Yo veo a la amiga, la puta, la
madre, la confidente, la que llora y ríe. La que sufre, la que jura en
arameo y a la vez, acaricia. Mujer al fin".
Gracias por compartir(te) esas capas, esos trocitos de ti, conmigo.
Un enorme abrazo, tan grande como tu corazón.
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