Es casi la hora. a ver si ahora va resultar que voy a llegar
tarde... menos mal que ha sido ella la que me ha dicho: "pasaré a
recogerte" porque esta tarde está resultando especialmente complicada.
No veo la hora de terminar. Por fin la voy a conocer... "desvirtualizar"
esa palabreja que tantas veces he escuchado no refleja toda la emoción
que puede suponer el tener tantas ganas de conocer a alguien.
Muchas horas al teléfono, tantas preguntas, algún enfado. ¡Dos
metidas de pata!. Pero al menos hoy he conseguido que venga a recogerme.
No sé como es realmente, solo que huele a flores frescas, morena de
pelo corto, que tiene una mirada inteligente y que le gusta jugar. En
realidad, me importa un pito como sea, yo sé como es ella por dentro, me
ha dejado asomarme a su corazón, y ella ha visto retazos de mi alma que
no había mostrado jamás a nadie. Cinco minutos. ¿Pues no me estoy
poniendo nervioso a mi edad?
¡Ya!. Cierro el ordenador y me atuso el pelo. Me pongo la chaqueta y
la bandolera. Me despido de los compañeros que quedan y bajo las
escaleras. ¿Le he dado bien la dirección? Me pregunto de repente, paro
en mitad de la escalera y lo compruebo. ¡Si! Bueno, ahí esta la
puerta... Cojo aire.
Salto a la acera y miro a la derecha, a la izquierda... no veo
acercarse a nadie. Vuelvo a mirar el reloj por si acaso y en ese
momento mi teléfono suena. Lo cojo, es un mensaje. Ella.
-Hola. Estas muy guapo -escribe.
-Hola- contesto. ¿Donde estás?
-Justo
detrás de ti - escucho a mis espaldas. Pero antes de que me pueda girar
unas manos suaves y cálidas me tapan los ojos. Huelo a flores frescas y
una voz conocida me susurra al oído:
-¿Jugamos?
Le cojo las manos y las aparto de mi cara, me giro despacio para
enfrentarme con unos ojos negros inmensos y una sonrisa preciosa. Sin
decir nada ella toma mi mano y me lleva hacia su coche aparcado en la
acera de enfrente, antes de entrar nos volvemos a mirar sonriendo entre
el nerviosismo y las ganas. Nada mas sentarnos , ella se acerca y me da un beso cogiéndome la
cara entre sus manos, dulce y suave. Luego, se arregla la falda, arranca
el coche y pone rumbo hacia donde quieran llevarnos los latidos de
nuestro corazón.
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Relato escrito a 4 manos entre @marconpi66 y un servidor.
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