Llego de un entierro y ahora estoy en la sala de espera de la UCI buscando monedas en el fondo de mi bolso.
Podría tuitear mierdas sobre las vida y la muerte, igual ganaría más seguidores o cambiar el ánimo de alguien de quien nada sé, ni sabré en la vida - pienso mientras muevo despacio las monedas en mi mano.
Pero prefiero tomarme un vodka cuando llegue a casa y seguir sonriendo. Si. Porque siento que nada tiene sentido, ni los besos de despedida, ni los abrazos de protocolo... A veces, ni respirar...
Y esta jodida máquina que sólo tiene café.
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Emociones a flor de piel.
Tan descarnadas como sinceras.
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