Este relato fue publicado originalmente, en una noche de Luna muy llena, en mi tumblr: ver.
********************************************************************************Noche de luna Llena.
Esta noche es especial. No solo hay luna llena, sino que esa luna esta mucho más cerca esta noche que ninguna otra noche del año...y eso nos afecta a todos, #alotroladodelespejo podemos notar como afecta a mucha gente el poderoso influjo de esa luna llena tan enorme.
Hacía mucho que no pasaba por este espejo, una pareja normal, con niños. Llevan muchos años ya juntos y la rutina se ha instalado a dormir en su cama, justo en el medio de los dos. Puedo apreciar las arrugas de ella y la barba que él se ha dejado, no por descuido, sino por cambiar algo su aspecto.
Pero esta noche es especial, lo he notado en cuanto he visto la luz en el baño. Ella ha preparado "el vestido negro" uno que a ella, creo, le parece especial. No tiene nada del otro mundo, negro, un poco escotado por delante y mucho por detrás, una buena tela, falda por debajo de la rodilla, con un estratégico corte...uno de esos integrantes imprescindibles de cualquier fondo de armario, que consigue que ella se sienta guapa.
Pero no solo era el vestido que la esperaba encima de la cama, al fondo...ella se estaba maquillando, algo poco usual. Colorete, sombra de ojos discreta, un poco de color en los labios...y sonreía. No solo había una hermosa sonrisa en sus labios, sus ojos estaban brillantes. Contenta, parecía feliz y estaba completamente desnuda... No era habitual, siempre tan recatada...me ha llamado la atención y claro...me he parado #alotroladodelespejo.
Al poco he visto aparecer, por detrás del marco de la puerta, una sombra. Una manga de camisa, un brazo de hombre. Ella se ha girado ligeramente, pero nada más...esta justo delante del espejo, lo tapa completamente y solo puedo distinguir una sombra que se le acerca por detrás. Ella ha dejado las manos encima del lavabo, todavía sostiene el lápiz de labios. Pero está mirando fijamente el espejo, tiene la piel erizada, espera. El hombre parece que se ha situado justo detrás de ella que se ha incorporado ligeramente, separando un poco las piernas, pero quieta, expectante. Él no la está tocando, al menos por lo que yo puedo ver. Creo que le esta hablando, solo puedo imaginarlo, no lo veo bien...solo tengo ojos para observarla a ella, espléndidamente desnuda de píe frente al espejo e imaginar lo que él le está diciendo. Veo sus labios, entreabiertos, húmedos y el brillo de su mirada.
Ella no ha echo ningún gesto extraño. Más bien, parece que lo estaba esperando...quizá por eso estaba desnuda. Al situarse detrás de ella y acercarse lo suficiente a su oído, le ha empezado a hablar... imagino que despacio, suave, susurrando. Deja que su voz vaya calando como un perfume en los oídos de ella, que se expanda por su piel, que la acaricie. No son sus manos, el sabe que no hace falta tocarla aún, porque ella así lo desea.
Todo su cuerpo se está poniendo en tensión. Sus pezones, como pregoneros de su excitación se han puesto duros, desafiantes. El ha sabido darse cuenta de cual era el momento adecuado, ha tenido paciencia y ha sabido ver que esa es la señal. Imagino que sigue susurrándole al oído, pero le ha apartado un poco el pelo, lo justo para hundir la cara en su cuello. Lo imagino mordiendo suavemente, pero con firmeza, esa piel. Ella a su vez, cede y arquea ligeramente su espalda, ofreciéndose al mordisco. Entonces es cuando las manos de él aparecen lentamente por su costado y se deslizan suaves, lentas en direcciones opuestas. Una hacia arriba, la otra hacia abajo, buscando su vientre.
Ella ha empezado a respirar mas deprisa, su pecho sube y baja acelerado. Deja caer totalmente su cabeza sobre el hombro de él, mientras aprieta su culo hacia detrás. La mano que antes estaba sobre su vientre, ha desaparecido, se ha sumergido más abajo buscando su sexo. La boca abierta, su respiración cada vez más acelerada, sus movimientos cada vez mas rápidos...y viéndola, casi puedo imaginar el gemido que se escapa de su boca recién pintada cuando el espasmo de placer se hace tan evidente que la convierte a mis ojos. Se transforma de hermosa diosa, desnuda y poderosa, en una mujer, pequeña, menuda y frágil. Tiembla, y es él quien la sujeta, quien mantiene abrazado su cuerpo cuando el orgasmo eriza hasta el ultimo poro de su piel.
Segundos que se hacen eternos...y ella que los prolonga. Está a gusto así, creo que se quedaría toda la vida abrazada de esa manera tan especial. La respiración que vuelve a hacerse más pausada, la cabeza que lentamente se incorpora mirando fijamente al espejo. Los ojos que, por fin, se abren. Esa sonrisa luminosa que aflora a sus labios...la mano de él que vuelve a emerger de sus profundidades y desaparece...ese pequeño gesto cariñoso: un beso en el cuello, leve y ligero.
Se ha quedado otra vez sola en el baño, con la cabeza baja y tarda una eternidad en recobrar la serenidad, de vez en cuando pequeños espasmos recorren todavía su piel. Al cabo de unos minutos, levanta la cabeza, se arregla el pelo y vuelve a mirar fijamente al espejo. Solo entonces se da cuenta de que el lápiz de labios se le ha caído de la mano y ha rodado hasta el fondo de la pila. Lo recoge y se ríe. Cuando termina de pintarse...los ojos le brillan, sabía que esta noche podía ser especial. El espejo le devuelve una sonrisa plena y feliz, mientras al fondo por la ventana, una hermosa y enorme luna llena inunda de luz la habitación.
Foto Vía: Todo lo que veo está en tus ojos
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