Cenicienta va descalza. Yo llevo sus tacones en una mano, mientras
ella camina sin zapatos, despeinada, con las medias rotas y sin apenas carmín en
los labios. Lleva el rimmel corrido pero una enorme sonrisa hace brillar sus
preciosos ojos de felicidad.
Está jodidamente hermosa. Radiante. Y se
cuelga de mi brazo mientras un nuevo sol pugna con los viejos neones y las
panaderías empiezan a oler a croissant…
Podría haber puesto aquella foto que nos
hicimos frente a un escaparte de moda, pero prefiero que la imaginación os
permita disfrutar de aquella sonrisa increíble…
[R]
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