* Pérdida momentánea de la vista producida por un exceso brusco y repentino de luz.
* Obnubilación del entendimiento que provoca la fascinación por alguna cosa.
Al salir del patio, una explosión repentina de luz me dejó ciego
durante unos instantes. Tenía que haberme acordado de coger las gafas de
sol, porque siempre me pasa lo mismo. Fue en ese mismo instante cuando
la anciana quiso entrar, no la vi y tropezamos los dos en el quicio de
la puerta.
- Perdón - le dije - no la he visto. Me ha deslumbrado el sol al salir de la sombra a la luz.
-
No se preocupe joven, a mi me pasa lo mismo cada vez que salgo por las
mañanas - me contestó la anciana. Esta Vd. pálido, ¿se encuentra bien? -
me preguntó atenta.
Bien, lo que se dice bien, no estaba, claro. No podía estarlo. Era
imposible estar bien cuando el corazón todavía me latía a doscientos,
tenía las manos sudadas y una más que considerable erección abultando
mis pantalones mucho más allá de lo recomendable... Con razón la
abuelita se había preocupado por mi salud, al verme salir de su patio.
Supongo que mi cara sería el fiel reflejo de la confusión en la que se
encontraba mi cerebro. Además del brusco paso de la penumbra del patio a
la luz de la calle, creo que también influyó en mi mala cara el efecto
del calor. Un calor interno sofocante, mucho más intenso que la alta
temperatura en un día de Julio.Necesitaba una ducha. Pero antes que la ducha, necesitaba encontrar
un sitio tranquilo y pensar. No era normal, esto que me (nos) estaba
pasando, no era normal.
"Por favor dímelo", solo tres palabras. Tres sencillas palabras que
habían desatado la locura, a través del teléfono. Todo había empezado
unos quince minutos antes. La luz roja parpadeando y el circulito
verde...mensaje. Una sonrisa asomando a mi rostro al ver tu Chat en
negrita.
- ¡¡¡Buenos días corazón!!!
- Buenos días ;)
- Huelo tu pereza, desde aquí... ¿Has descansado? (algo mas?)
- Pereza....hoy ese es mi nombre
- Dulce y suave como tus labios. A pesar de no pintártelos, me encantaría quitarte ese brillo sutil... ¡A besos!
- Brillo sí me doy.....
-
Mmm que tentación de buena mañana. Me encantan los que dicen que son
permanentes, es mentira... No resisten un buen cuerpo a cuerpo, o un
apasionado boca a boca. Suave, pero intenso, un juego de lenguas y
pasión, de los que aceleran la respiración y hacen que te quieras pegar
al cuerpo del otro, que no sepas que hacer con las manos (¡o si!) y de
repente te separas y me quedo mirándote y empezamos otra vez...
- Bésame
-
Te estoy besando...te miro a los ojos y veo tus ganas, siento tu
cuerpo pegado al mío y te beso despacio al principio. De repente una
lengua me pide un poco más y entro con mi lengua buscando la tuya. Las
salivas se confunden, los cuerpos se entrelazan, me esperas con el alma
abierta de par en par, deseando recibirme dentro de tu boca, arroparme
con tu lengua y con todo tu cuerpo. Quieres fundir tu deseo con el mío,
tu piel con mi piel, tu aliento con el mío y que sea solo uno.
- Una
mano en tu nuca, la otra en tu cadera, no quiero separarme de ti. Ya no
te queda brillo en los labios, pero ahora es cuando empiezo a notar ese
sabor tan especial a deseo... mi pierna que busca separar las tuyas,
que encuentra el camino hacia arriba, hacia tu pasión. Me tienes cogida
la cabeza con las dos manos y tu lengua se ha multiplicado, tiene vida
propia y reclama, urgente, una ración doble de pasión... respirar es
innecesario. Absorbemos el aire por la piel excitada, con todos los
poros abiertos. Y de repente...
Mi mano aparta el pelo de tu cuello y
mis dientes no tienen otra misión que morder tu carne dulce y ardiente.
Luego la lengua calma el sabor del mordisco y va bajando, lamiendo el
sudor de tu piel...
- Yo quiero todo eso. ¡Y lo quiero ahora!
- ¿Solo eso?... Eso, es solo el principio!
- Pero es todo tuyo y lo sabes. Ahora mismo me imagino esa sonrisilla... Y se me eriza la piel.
- Si supieras lo que me apetece ahora....
- ¿No lo se ya?
- Siiiiiiiiiii
- Pues a mi también. ¿Tenemos puntillas? ¿O un tirante que apartar? ¿O nada?
- Nada
De repente, noto como la temperatura ha subido varios grados... Y,
sin embargo, un escalofrío me ha recorrido la espalda... y tengo una
urgencia:
- Quiero verte.
- ¿Y qué es, exactamente, lo que quieres ver?
- ¡Sorpréndeme!
- No, quiero que pidas
-
...Que supliques, que me adores, que te mueras por mi... Ja,ja,ja...
Te quiero toda, pero para empezar: Un trozo de tu costado, desde tu
pecho hasta la cadera, justo ahí donde dejaría caer una lluvia de
besos...para empezar
Pling. Aviso. Y una foto donde puedo ver su hermoso costado, desde el
pecho derecho hasta más abajo de la cadera, aparece en la pantalla.
- ¿Te ha gustado lo que has visto? ... Pues pide más
- Creo que
voy a tener que buscar una esquina donde sople un poco más de aire, esta
empezando a hacer demasiado calor. Date la vuelta, por favor, quiero
ver tu espalda. ¡Toda!
Otra vibración: otra foto. Había decidido, prudentemente, quedarme
cerca de un árbol. Su sombra me tapaba la luz y podía apreciar en su
desnudez la espada que me ofrecía. Entera, toda. Hasta su precioso culo.
- ¡Cuanto trabajo cielo! Y que agradable... y ahora tu cara, quiero
verte la cara y tu sonrisa.
La foto de tu alma ya la llevo en el
corazón. Y en otra parte algo abultada de mi cuerpo.
La cara de S. con apariencia de no haber dormido mucho, pero a la vez
con una luz traviesa en la mirada, me contemplaba desde la pantalla a
los tres segundos.
- Este si que es un comienzo de semana especial. Muy especial. Me
gusta tu mirada... ¡Y todo lo demás! Hay una pequeña marca de la ropa
interior, justo debajo de tu pecho... Me perdería por esos surcos con mi
lengua, muy muy despacio, hasta que no pudieras aguantarte más...
- Voy a ir tarde a trabajar pero necesito......
- Dime, que necesitas...
- Necesito placer.
Un escalofrío recorre en ese instante mi espalda. Pero esperaba esa respuesta y estaba preparado...
- ¿Necesitas, ahora que tengo toda tu piel a mi merced, sentir como
cojo uno de tus pechos con mi mano? ¿Como aproximo lentamente mi lengua
sin dejar de mirarte a los ojos, a ese pezón que esta esperándome?
¿Necesitas que te diga que te acaricies lentamente el estómago, que
vayas bajando despacio, buscando la humedad de tu sexo? ¿Es eso lo que
necesitas?
- Si. Lo necesito, ahora. Ya.
- Desnuda bajo las
sabanas, son mis manos las que te tocan, mis labios los que te chupan y
mi boca la que te muerde los pezones. Mis dedos, los que ya han entrado
dentro de tu sexo húmedo. Ávido de placer, pero es tu espalda la que se
arquea, la que se prepara para recibirme dentro, duro y dulce,
- Por favor dímelo, susúrramelo, necesito oírtelo decir... Llámame.
Eso si que no me lo esperaba. Esa petición urgente y apresurada. Pero
no me lo pensé dos veces y marqué su número. No lo dejó sonar ni una
vez, sabía que yo también deseaba llamarla. Al otro lado de la linea,
su voz jadeaba, parecía muy excitada.
- Necesito que me lo digas al oído, no quiero, no puedo escribir
más. He dejado el teléfono al lado de la almohada y quiero que me folles
con tu voz. Necesito sentir tus manos recorriendo mi cuerpo, necesito
que muerdas mis pezones mientras yo me toco. Estoy muy mojada ¿sabes?
Sola, desnuda y mojada. ¿Que piensas hacer...? ¿Vas a darme ese placer?
- Te diré lo que voy a darte. Quiero que cierres tus ojos y que solo
escuches mi voz. Que sientas que tus manos son las mías. Soy yo quien
está cogiendo tu pecho. Es mi mano la que lo aprieta fuerte. Mi lengua
la que sube por él, trepa buscando ese pezón excitado y duro, mi boca la
que lo chupa y mis dientes los que lo muerden. Despacio, pero no flojo.
Mientras,
mi otra mano esta buscando tu sexo y ya lo tiene a su merced, abre las
piernas que tengo ganas de hundir mis dedos, despacio, pero muy dentro
de ti. Me encanta el sabor de tu sexo cuando estas excitada. Y encontrar
tu clítoris y jugar con él. Siempre mirándote a los ojos. Viendo como
te vas dejando llevar por mis manos.
Mientras hablaba concentrado en las imágenes, en mitad de la calle,
del tráfico, del ruido, buscaba un rincón donde poderme meter. Un sitio
en el que refugiarme para seguir a su lado, para no perderme detalle de
cada uno de sus deseos, de sus gemidos, para lograr llevarla al orgasmo
al otro lado de la línea. Miraba nervioso, buscando un refugio adecuado,
cuando vi aquél enorme portalón abierto. Era un edificio antiguo y la
sombra fresca del interior parecía un bálsamo para mi excitación. Miré
hacia el interior, pero no había nadie. Entré rápidamente y me aproveché
del rincón que se formaba entre un enorme arcón y la puerta de madera
labrada que daba a la calle, lo que me permitía ver si alguien entraba o
salía y no ser visto en un primer momento. Entorné un poco más la
puerta y la penumbra se apoderó del patio...y justo en ese momento....
- Tócate. ¿Donde estás? Quiero que te toques, que pienses que soy
mis manos las que están cogiendo muy fuerte tu polla. Que es mi boca la
que está chupándola, que es mi lengua la que juega con ella, que son mis
dientes las que la muerden fuerte. Que dura la noto. La quiero dura
para que me la metas toda dentro...la quiero toda dentro de mi. Que me
llene, que complete ese hueco que tengo, que me folle despacio, pero
hasta el fondo...quiero que te toques conmigo. Dime ¿Donde estas?
-
acabo de entrar en un patio que estaba abierto, es fresco y está en
penumbra, pero si sigo tocándome no voy a poder salir de él. ¿Notas como
la tengo de dura? ¿Sabes como me has puesto?, ¿no me notas enorme
dentro de ti?.
Unos gemidos entrecortados y unos pequeños gritos de placer al otro
lado del altavoz me indican que S. esta teniendo un orgasmo. Su
respiración entrecortada, sus gemidos...los tengo tan cerca que la
excitación de mi polla empieza a ser terriblemente peligrosa, si la rozo
un segundo más organizaré un gran desastre. Siento como, al otro lado
de la línea, su respiración empieza a calmarse... y en ese momento
apareció la anciana. Justo en el momento en el que me disponía a salir
para que me diera un poco el aire y notando los jadeos de S. al otro
lado, me tropecé con la señora cuando ella quería entrar en su portal.
- Perdón - le dije - no la he visto. Me ha deslumbrado el sol al salir de la sombra a la luz.
-
No se preocupe joven, a mi me pasa lo mismo cada vez que salgo por las
mañanas - me contestó la anciana. Esta Vd. pálido, ¿se encuentra bien? -
me preguntó atenta.
...
..
.
Como podía contarle que tenía el cerebro partido en mil trozos, el
corazón latiendo a doscientos y un bulto mucho más grande de lo normal
entre las piernas...¿como?... Y entonces, sin avisar me dio la risa, esa
risa floja que se adueña de tu cuerpo, y S. se contagió.
- ¿Que te sucede? ¿Porque te ríes? - me preguntó.
Con lágrimas en los ojos, consigo alejarme lo suficiente del patio
para poder explicarle la cara que ha puesto la anciana cuando me ha
visto salir, mientras ella seguía gimiendo en mi oído. No puedo parar de
reír, y contagio esa alegría a S. que empieza a troncharse al otro lado
de la línea. Me la imagino, desnuda bajo las sábanas, todavía mojada y
con todos los poros de su piel abiertos, riendo a gusto, satisfecha
después del orgasmo.
Y me siento bien, muy bien. Me encanta oír su risa y reírme junto a ella...
- ¿Sabes?, Me encantan estas locuras - me dice S.
- ¿Que seria de nosotros, sin esos gramos de locura? ¡Bendita locura. Siempre!
- ¿No estamos locos verdad?
- Lo justo, solo lo justo, para poder seguir...
-
Sé que estos momentos terminarán cualquier día pero mientras tanto me
encanta disfrutar de ellos, quiero hacerlo, sin dejar pasar ni uno.
-
Disfrutemos pues... Volemos en ese avión tan querido, por encima del
desierto y las dificultades, escuchando el viento... Buscando nuestro
sitio, mas allá del mar. No importa el tiempo ni la distancia...
- Que así sea
- ¡Por cierto, te he dejado una canción en tu buzón!
- No se que sucede, me ha debido de picar algo porque quiero más, no
me he levantado todavía......¿Qué me pasa hoy?, me comenta S. y me la
imagino con un mohín gracioso en su cara.
- Algún bicho malo habrá
sido - le contesto. Venga perezosa que he de ser malo ahora, ¡arriba!
Tengo que colgar, me están esperando y no puedo llegar mucho mas tarde.
Un último beso, tu a la ducha y yo a tomarme un algo bien frió en el
primer bar que encuentre, no puedo llegar de esta manera a la reunión.
- Un beso dulce mi amor. ¡Gracias por regalarme este despertar tan especial.
- Dos besos. Como siempre, el placer ha sido compartido. ¡Que no te quepa la menor duda¡
El teléfono casi sin batería, una reunión a la que llego tarde, pero
mi sonrisa de oreja a oreja le consigue sacar nuevos colores a esta
mañana. Todo lo demás ya importa poco...
Cuento escrito a cuatro manos y muchas risas, con Encarna Viva .
Foto vía daxxxx Posted by lovely-hardride
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